LA LEYENDA DEL CABALLITO DE MAR DE LA PREPA PATRIA
- ppatriadirgral
- 30 jun
- 2 Min. de lectura
Desde 1973, en las aguas cristalinas que rodeaban el primer sueño del colegio patria, vivía un pequeño caballito de mar azul. No era el más rápido mi el mas fuerte, pero poseía un corazón inquebrantable y cualidades que lo hacían único: era fiel a su rumbo, nadaba contra corriente cuando era necesario y, aunque frágil, se aferraba con fuerza a lo que amaba.
Sus fundadores, la Miss Hortensia y el Arqui Alfonso, lo eligieron como símbolo porque vieron en él el reflejo de su misión educativa. El caballito de mar avanza con propósito, como la institución que construye conocimiento día con día. Se adapta a las corrientes sin perder su esencia, igual que el colegio que creció sin abandonar sus valores fundamentales. Protege a los suyos con dedicación tal como los machos de esta especie cargan a sus crías, simbolizando el cuidado personalizado que la escuela brinda a cada uno de sus alumnos. Y nada en la profundidad, recordando esa "conexión con la fuente" que inspira a transcender más allá de lo académico.
Cuentan las voces del océano que, cuando se inauguró el colegio y su primera alberca, el caballito azul se volvió invisible, pero su espíritu quedó impregnado en sus alumnos, y ahora cada uno aprende a abrazar su singularidad. Las aguas de Prepa Patria, desde entonces, guardan un secreto: quienes adoptan la resiliencia, la lealtad y la adaptabilidad del caballito de mar, jamás dejan de crecer, incluso cuando las corrientes son adversas.
Hoy, el escudo no solo lleva su imagen: es un recordatorio de que la verdadera educación como el viaje de este pequeño ser se trata de fluir con propósito, sostenerse en lo esencial y transformar el mundo desde lo aparentemente pequeño.
"Saber, Saber hacer, Ser... y navegar con la quieta fortaleza de quien cambia el mundo sin hacer ruido".
ETIQUETA DEL CABALLITO DE PELUCHE- Versión 1
En las aguas cristalinas de Prepa Patria, habita un caballito de mar azul, diminuto y luminoso. Las voces del océano susurran que en el espíritu yace un misterio: aquellos que abrazan su resiliencia, lealtad y adaptabilidad nunca dejan de crecer, aun cuando las corrientes se vuelven adversas.
Hoy, nuestro escudo no solo guarda su imagen; es un símbolo vivo, un recordatorio de que la verdadera educación al igual que el viaje de este frágil ser consiste en fluir con determinación, aferrarse a lo esencial y transformar el mundo desde la humildad de lo pequeño.

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